Cuando Venus se encuentra en Capricornio, el aire se llena de una calma magnética y una presencia poderosa. Como portadora de esta Venus, se por naturaleza que nos deleitamos en el silencio, abrazamos la soledad y valoramos la experiencia (por eso nos rodeamos de personas mayores).
El signo Venus personifica el deseo y la pasión, al llevar el nombre de la diosa romana del amor, el deleite, la elegancia y la fertilidad. Además, simboliza la opulencia y el exceso, encarnando la extravagancia en su máxima expresión. Venus es como un faro de luz en nuestro interior que nos guía hacia diferentes formas de conectarnos con nuestra esencia, abrazar nuestro entorno y establecer lazos con los demás.
Por lo tanto, es natural que este planeta esté estrechamente vinculado con el mundo de la moda y la expresión de nuestro estilo personal.
El amor y los sentimientos para nosotros, no son simples pájaros de juventud ni versos románticos; por el contrario, son toda una obra de arte. Más aún, una disciplina excepcional, ya que somos conscientes de que la felicidad se construye día a día, mediante acciones concretas, lealtad y compromiso. Contemplamos con admiración la resiliencia de aquellos que han vencido desafíos y logrado sus objetivos, lo cual nos inspira a forjar nuestro propio camino hacia el cumplimiento personal.
Además, aquellos con Venus en Capricornio nos resguardamos tras una impenetrable fortaleza de rocas, sin permitir que los sentimientos ajenos nos perturben o nos desvíen del camino predestinado, aunque en realidad tal blindaje no resulte realmente imprescindible. No obstante, conviene destacar que esta armadura no denota carencia de afecto innato, al contrario, su amor es tan auténtico y sólido que no está dispuesto a despilfarrarlo en cualquier ser humano.
Hagamos uso de esta energía para sembrar las semillas de un porvenir fructífero y trascendental con determinación y firmeza al igual que el amor: consolidando vínculos y llevándolo a otro nivel, donde lo verdadero y el respeto por el otro sean prioridades.
La poderosa esencia de Venus nos brinda valiosas lecciones sobre el deleite y la pasión, mientras que el influjo de Capricornio nos guía hacia el deber y las responsabilidades. Venus, ilumina nuestro camino hacia la gratificación y la búsqueda de placeres genuinos. Nos enseña a disfrutar los placeres sensoriales y a honrar nuestros deseos más profundos. Su energía sensual y seductora nos invita a saborear la dulzura de la vida.
Por otro lado, Capricornio, el signo que nos representa la cabra montés en el zodiaco, nos recuerda la importancia del deber y las responsabilidades. Su influencia nos guía hacia la disciplina y la dedicación, instándonos a tomar nuestras responsabilidades con seriedad y perseverancia. Capricornio nos revela la satisfacción que proviene del logro y nos impulsa a construir una base sólida para alcanzar nuestros objetivos.
En definitiva, la energía combinada de Venus y Capricornio nos brinda un equilibrio perfecto entre el placer y el deber. Nos inspira a disfrutar de la vida mientras cumplimos nuestras responsabilidades, recordándonos que el gozo y la realización personal pueden coexistir de forma armoniosa.
Para todos nosotros, ¡a disfrutar del retorno de Venus!
