Sincronicidad en el Tarot

Todo en la vida conlleva un propósito intrínseco, nada sucede al azar. Y así es como el Tarot, con su íntima relación con el alma, las circunstancias y las diversas personalidades, se cuela en la ecuación.

Cuando seleccionamos una carta del Tarot, abrimos el telón de un escenario lleno de sincronicidades. A medida que las cartas se develan, la trama se teje con delicadeza, donde cada carta se convierte en causa y efecto a la vez.

En el vasto Universo, todo se entrelaza, no existe suceso sin una razón o un propósito. Las sincronicidades son como destellos maravillosos que todos hemos experimentado en algún momento: repetir un número en sucesión, tener pensamientos intensos sobre alguien y de repente, como por arte de magia, tener la oportunidad de hablar con esa persona o encontrárnosla sin previo aviso.

El psicólogo suizo Carl Jung revolucionó la forma en que entendemos las coincidencias con el concepto de sincronicidad.

Para él, estas no son simples casualidades, sino indicios de una conexión profunda entre nuestro mundo interior y exterior. En el fascinante ámbito del Tarot, la sincronicidad se hace presente cuando las cartas resuenan con situaciones, pensamientos o emociones en la vida del consultante. Esto sugiere que las cartas pueden brindarle orientación y revelar aspectos relevantes de su vida en el momento exacto de la lectura.

Es importante destacar que el Tarot no predice el futuro, sino que ofrece información y consejos valiosos para quien lo consulta. De esta forma, se convierte en un mensaje del inconsciente que brinda inspiración, guía y conocimiento significativo para cada individuo.

El Tarot nos permite desvelar las profundas conexiones entre eventos y situaciones que pueden impactar de forma significativa en nuestra vida.

Confía en el universo y déjate guiar por el Tarot hacia tus respuestas más trascendentales.

De la «casualidad» da lugar a la «causalidad», concepto que sostiene que todo sucede como resultado de una causa y efecto, tal como lo postuló el padre de las escuelas herméticas, Hermes Trimegisto. Esta teoría sostiene que un evento conduce a otro, creando así una cadena ininterrumpida.

Cuando aplicamos la ley de la causalidad al Tarot, las cosas no difieren mucho, ya que el Tarot guarda una estrecha similitud con los estados del alma, las circunstancias y los tipos de personas.

Además, el Tarot trasciende el tiempo, conectándose con situaciones que ocurrirán en el futuro, en el presente o tal vez en el pasado.

El Mago es un maestro de la «sincronicidad».  Su presencia en una lectura es un llamado al inicio y a la acción inmediata. Él ya tiene todas las cartas sobre la mesa, representando todos los arcanos, mientras mira hacia atrás para reflexionar sobre lo aprendido y se prepara para crear.

Sus pies, uno a la izquierda (pasado) y otro a la derecha (futuro), simbolizan su dominio del tiempo. Se mueve con destreza dentro de las coordenadas espacio-temporales como si nadara en el océano, y utiliza el tiempo como un elemento más para proyectar sus deseos en la realidad. Con esta definición, llegamos a la conclusión de que las circunstancias no suceden por casualidad.

Cuando seleccionamos o sacamos una carta del mazo de tarot, esta representa una situación de sincronicidad. A medida que las cartas se revelan, comienza a formarse una circunstancia, entrelazando una carta con otra, generando así una causa y un efecto.

Para la sincronicidad, las cosas no ocurren por pura coincidencia, todo tiene una causa y un efecto.

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