¿Piensas que eres sólo materia? ¿Crees que tus pensamientos y emociones no influyen en la realidad? ¿Hasta qué punto eres responsable de tu salud física y psíquica?
El día que reconoces que tu cuerpo está formado por energía y que cada célula y molécula del cuerpo está unido internamente con el exterior por medio de líneas de energía, tal como lo dicen los físicos en la teoría de cuerda, ese día reconoces tu poder de sanar y co crear situaciones en tu vida.
El campo energético de cada persona refleja su estado físico, mental y emocional, además de mostrar el grado de integración, bloqueos y desafíos de la persona en todos los niveles y temas vitales. El campo energético humano es un viaje por nuestra conciencia. Experimentar y trabajar sobre él es uno de las grandes posibilidades que como seres humanos del siglo XXI.
El universo es un gigantesco campo de energía formado por la vibración de todo lo que en él existe. El ser humano interactúa con este campo universal a través de un campo energético propio, formado por distintos planos o frecuencias de energía. El aura o halo luminoso que rodea al cuerpo es la radiación electromagnética de cada uno de ellos.
Cada uno de estos planos está conectado entre sí y lo que sucede en cada uno de ellos afecta a los demás. Este cuerpo de energía precisa de una determinada vibración para mantenerse vital y saludable. Cuando esa energía disminuye su nivel vibratorio perdemos nuestro equilibrio y nos vemos expuestos a contraer enfermedades.
El nivel vibratorio puede descender primero en los planos espiritual, mental o emocional e ir calando hasta llegar al cuerpo físico produciendo un bloqueo energético. Ese bloqueo impide la correcta circulación de energía y si permanece mucho tiempo, puede dar lugar a la enfermedad en el plano físico. Aunque estos procesos pueden durar años, es importante actuar sobre los bloqueos antes de que las consecuencias sean más graves.
La vuelta al equilibrio se consigue activando la propia energía vital. La fuerza de la vida reúne en sí misma todo el potencial sanador necesario para liberar bloqueos y recuperar el flujo de energía. Esto contribuirá a restablecer la salud y el equilibrio físico y mental.
Podemos distinguir los siguientes planos:
- Plano físico (sistemas y órganos).
- Plano etérico (plantilla energética del cuerpo físico donde se experimentan las sensaciones físicas).
- Planos emocional (emociones) y mental (estructuras de pensamiento).
- Plano espiritual y conciencial (conexión con uno mismo y el resto del universo).
¿Qué es el aura o halo luminoso de energía?
Cada persona tiene un campo energético propio, formado por distintos planos: físico, etérico, emocional, mental, espiritual y de conciencia universal. El aura o halo luminoso que rodea al cuerpo es la radiación electromagnética de cada uno de estos campos. Cada uno de estos planos está conectado entre sí y lo que sucede en cada uno de ellos afecta a los demás. De ahí surgen bloqueos que impiden el normal curso del flujo de energía y es así que nos enfermamos cuando ese impedimento al plano físico.
Hay un canal central de energía al que podemos recurrir.
Los seres humanos nos encontramos entre el cielo y la tierra, y en términos de energía, es mucho más que una frase bonita. La estructura energética humana participa tanto de lo cósmico como de lo terrenal, somos vida! Este canal central nos atraviesa con sus llamados ¨chakras¨. Más despejado está este camino, más saludables en todos los sentidos estamos.
Te recomiendo estar atento a las energías que te rodean.
¿Cómo hacer? Observar las energías. Escuchar las energías y percibir las vibraciones. O sea, puedes recibir energías viéndolas, oyéndolas o sintiéndolas. Luz, sonido y sentimiento son las energías de la vida. ¿Están en resonancia las energías que envías con las energías que recibes? Y más: ¿están en resonancia las energías que envías con las energías que deseas recibir?
Puedes mejorar tu experiencia de vida si mejoras las vibraciones que emites.
Cuando recordamos algo, imaginamos para el futuro o estamos viviendo una experiencia en el presente, concentramos energía y emitimos vibraciones. La física cuántica lo denomina «efecto observador». Mente, emoción y materia no pueden seguir considerándose cosas distintas, están totalmente ligadas, por lo tanto un pensamiento es capaz de modificar el mundo físico objetivo.
Lo dicen los científicos, no solo los metafísicos. Piensa como podría cambiar tu vida si aprendieras a dirigir tu atención, y así entrar en el campo de las posibilidades. Fuente Internet.
