Existen aquellos que permiten que el Tarot tome el control de sus vidas, dejándolo tomar decisiones por ellos y creando así una dependencia emocional y mental. Hacen preguntas de todo tipo y esperan que las cartas les indiquen qué hacer, sin tomar en cuenta su propio poder de discernimiento, capacidad mental y responsabilidad en la toma de decisiones.
Sin embargo, también existimos aquellos que consultamos el Tarot en momentos concretos y específicos, utilizando sus lecturas como una perspectiva adicional para considerar junto a otros factores que podemos analizar.
Es importante no crear una dependencia tan fuerte que nos olvidemos de nosotros mismos y de nuestra propia capacidad para tomar decisiones y dar nuestros propios pasos. Nuestras experiencias, sean buenas o malas, nos otorgan un bagaje de vida que ninguna carta de Tarot puede superar.
Cada uno es responsable de tomar sus propias decisiones para bien o para mal, y es lo que nos hace crecer y madurar como personas. El Tarot es una baraja de cartas con imágenes preciosas que representan arquetipos y situaciones, y es la habilidad del lector lo que les da vida. Pero nunca debemos olvidar que al final del día, somos nosotros quienes tenemos el poder para tomar nuestras propias decisiones y forjar nuestro propio camino.
El Tarot es una fuente de enigmas, sabiduría y belleza que debemos explorar sin caer en la dependencia. Su propósito radica en permitirnos conocernos mejor a nosotros mismos, no en ser un sustituto de nuestro juicio. Es importante recordar que nuestras decisiones deben ser guiadas por el sentido común, no por las cartas.
No permitas que el Tarot tenga poder sobre ti. No hay nada saludable en creer que algo te define por completo. En lugar de eso, sigue el consejo de tu corazón, analiza tus pensamientos y medita. El crecimiento personal sólo es posible si nos permitimos cometer errores y aprender de ellos.
Carolina de Pedro Pascual (Barcelona, 2024)
