Toda imagen despierta en nosotros lo que ya está en nosotros. Lo que ves afuera, expresa lo que hay adentro. Lo que sacas al mundo, habla de ti.
¿Qué ves cuando miras al Ermitaño? ¿Un anciano solitario, agotado por el viaje, que busca calor y un lugar para descansar? ¿Un anciano sabio listo para liderar con su luz? Cuando ves a la Sacerdotisa, que ves? Una sabia o, una mujer ausente en su presencia liviana frágil?
Los arcanos son espejos que podemos usar para ver partes nuestras que no reconocemos ni vemos. Siempre dicen algo sobre nosotros y cómo vemos la vida en un momento determinado. La misma carta que saca a la superficie un problema o una cuestión, también lleva en su imagen las semillas de una solución que esta dentro nuestro.
«Proyectar nuestro mundo interior hacia afuera es algo que hacemos sin querer; simplemente es la manera de funcionar de la psique. De hecho, proyectamos tan continua e inconscientemente que no solemos enterarnos de lo que está sucediendo. Sin embargo, estas proyecciones son herramientas útiles para adquirir autoconocimiento. Por el hecho de ver las imágenes que lanzamos al exterior, como los reflejos de un espejo de nuestra realidad interior, llegamos a conocernos a nosotros mismos.» – Jung y el tarot de Sallie Nichols, Editorial Kairós.
Un solo #arcano puede evocarnos muchas cosas. Muchas respuestas y sensaciones.
