Según la mitología griega, Hypnos y Tánatos eran hermanos gemelos. Ambos eran hijos de Nix (la Noche), quien los concibió sin intervención masculina.
Para los griegos, las moradas de los los hermanos Hipno o Hipnos (Somnus en latín, personificación del sueño) y Tánato o Tánatos (la Muerte no violenta), eran vecinas en el reino de Hades (dios del inframundo en la antigua Grecia, Plutón en Roma) y poseían la misma cualidad: soñar. Su palacio era una oscura cueva donde nunca brillaba el sol. Ambos fueron el dios del sueño y el dios de la muerte. Según la mitología griega, eran criaturas de una oscuridad escalofriantemente intensa, consejeros de Hades el dios del inframundo.
Thanatos actuaba cumpliendo el destino que las Moiras (las tres diosas, hermanas, responsables del destino de los mortales desde que nacen; las que asignan la duración de sus vidas y el momento de su muerte), ponían a cada mortal. La descendencia de Hipnos serian los cuatro dioses del sueño: Nix, Hipnos y Morfeo.
Para los griegos el sueño no era un acto humano sino un estado inducido por la divinidad. El sueño facilita el acceso a la casa de la muerte, a la experiencia de la psique sin cuerpo. Los griegos lo denominaban el «pequeño misterio», y su conocimiento formaba parte de las iniciaciones que se celebraban el mes de marzo.