El tarot, un faro de sabiduría y transformación, nos guía a través de sus poderosas cartas. Los arcanos mayores simbolizan un viaje iniciático, revelando diferentes momentos de nuestra existencia y desvelándonos profundos significados.
Estas 22 cartas, que conforman una asombrosa secuencia, nos llevan desde el intrépido Loco hasta la majestuosidad del Mundo. Cada arcano se construye sobre el anterior, dilatando el camino hacia nuestra esencia y revelando los secretos de nuestra sabiduría interna.
Es en este viaje que emprenderemos una travesía ardua y desafiante. Los mensajes y consejos que encierran estas cartas serán nuestra brújula para mejorar nuestras vidas, para evolucionar a cada paso que demos.
Así, el antiguo oráculo usado por los sacerdotes del Templo de Jerusalén, con sus 22 láminas predecesoras de los arcanos mayores, sigue vigente en su misión de orientación. Mientras que los 56 arcanos menores, representando las anécdotas de nuestras vidas, pueden ser empleados lúdicamente.
El tarot, un tesoro de conocimiento ancestral, espera ser descubierto por aquellos que busquen respuestas, transformación y sabiduría interior.
Las cartas del tarot, auténticas mensajeras del destino, nos brindan un vistazo a las futuras consecuencias de nuestras elecciones. Estas mágicas herramientas revelan la tendencia más probable que nos aguarda, aunque siempre debemos recordar que somos capaces de cambiar el rumbo marcado por las cartas. Aunque ciertas energías pueden ser favorables o desfavorables para alcanzar ciertos acontecimientos, nunca debemos subestimar el poder de nuestras acciones.
En cuanto a las cartas invertidas en una lectura, su posición inversa añade profundidad a su significado. En general, una carta invertida indica que la energía que representa (sus cualidades simbólicas) se encuentra bloqueada, distorsionada o dirigida en una dirección incorrecta. Esto significa que la energía no fluye, la persona está estancada y el flujo energético se encuentra obstruido.
Cuando una carta se muestra invertida, debemos encontrar la forma de ponerla nuevamente en su posición correcta. No debemos ignorarla, sino trabajar en ella para restaurar el equilibrio. Además, una vez que logramos enderezar una carta, las demás suelen seguir el ejemplo con facilidad.
Lo fascinante de los arcanos del tarot es que su significado no está grabado en piedra, sino que es dinámico. Por ejemplo, para mí, la carta de la Maga tiene un significado específico, pero para otra persona puede tener un significado diferente. Desde mi perspectiva, cada individuo puede aportar sus propias experiencias al significado de los arcanos, enriqueciendo así su interpretación.
Lecturas Mágicas
Cuando nos adentramos en el fascinante mundo de las cartas, es esencial transmitir mensajes positivos, incluso si las cartas no son favorables. El objetivo principal es evitar hundir al consultante en un abismo psicológico. Aquellos que buscan orientación y apoyo merecen nuestra energía y aliento.
Otro aspecto fundamental es abstenernos de adivinar el pasado del consultante. El pasado ya no existe y no podemos cambiarlo. Sin embargo, tenemos el poder de moldear nuestro presente y futuro. Por lo tanto, debemos leer las cartas en busca de las señales que nos revelarán el estado actual y las posibilidades futuras. Intentar impresionar al consultante con conocimientos sobre su pasado es absurdo, ya que no revelaríamos nada que él no sepa.
Cuando echamos las cartas del tarot, no hay lugar para el azar. Son nuestros guías quienes ordenan las cartas, seleccionando minuciosamente aquellas que deben formar parte de la lectura. Cada persona atraerá las cartas que necesite en ese momento.
No sirve de nada memorizar el significado de los arcanos al pie de la letra. Las cartas deben ser sentidas, integradas en nuestro ser y utilizadas con profundo respeto y deseo de conocimiento.
Adentrarse en el arte de la lectura de cartas es un viaje mágico que nos conecta con lo desconocido y nos brinda la oportunidad de guiar y fortalecer a aquellos que buscan respuestas.
Las cartas no se revelan, se desentrañan. El tarotista las interpreta como las páginas de un libro abierto lleno de códigos y símbolos. Cada carta tiene múltiples significados, por lo que debemos confiar en nuestra intuición para captar el adecuado en cada ocasión. No debemos considerar las cartas como entidades separadas, sino apreciar las configuraciones que forman entre sí para obtener el verdadero significado de la lectura.
La forma en que se barajan las cartas no es relevante, siempre y cuando se haga con conciencia. Si te estás leyendo las cartas a ti mismo, recuerda tener la mente en blanco mientras las barajas para no influir en el resultado. Este mismo consejo aplica a aquellas personas que buscan una consulta.
El consultante se sienta a tu izquierda (preferentemente, no en frente). Mientras se barajan las cartas, es importante que la persona consultante no crucen los brazos ni las piernas, ya que esto interrumpe la energía. Es recomendable que los pies estén apoyados en el suelo. Las cartas deben estar ordenadas y en posición vertical (no invertidas) antes de comenzar a barajarlas.
El consultante tiene la tarea de esparcir las cartas sobre la mesa y mezclarlas con ambas manos para transmitirles su energía. No importa el desorden porque el contacto físico con las cartas es necesario. Una vez que haya terminado de mezclarlas, debe juntarlas en un montón y dejarlas sobre la mesa. Ahora las cartas están dispuestas en diferentes posiciones para su lectura.
Después de cada consulta, debes guardar las cartas en orden. Durante una sesión o consulta de una hora, es común realizar múltiples lecturas. En este caso, no es necesario ordenar las cartas después de cada tirada, pero sí es importante colocar todas las cartas en posición vertical antes de la siguiente lectura, asegurándote de que ninguna quede boca abajo.
