Le Jeu de Marseille: El Tarot de los Surrealistas

Le Jeu de Marseille es una baraja única creada en 1940 por destacados artistas surrealistas como Victor Brauner, André Breton, Oscar Domínguez, Max Ernst, Jacques Hérold, Wilfredo Lam, Jacqueline Lamba y André Masson.

Concebida en un contexto de guerra y exilio, esta baraja rompió con la tradición del tarot clásico, destronando a reyes y reinas para dar paso a figuras como genios, literatos, sirenas y magos, entre ellos Baudelaire, Paracelso y Novalis.

El simbolismo de los palos principales también fue reinventado:

• El amor → Representado por una llama.
• Los sueños → Simbolizados por una estrella negra.
• La revolución → Encarnada en una rueda ensangrentada.
• El conocimiento → Representado por un ojo de cerradura.

Esta baraja es una joya del arte y el pensamiento surrealista, reflejando su visión de un mundo sin jerarquías tradicionales, donde el azar, la imaginación y el inconsciente se convierten en los verdaderos guías. Su influencia ha perdurado en reinterpretaciones posteriores, como El tarot maravilloso de Laura Boj (2015) y el Tarot de Pepe Miñarro (2019), que han seguido explorando la fusión entre arte y esoterismo en el universo del tarot.

El Tarot Surrealista y la Revolución del Simbolismo

Durante una de las frecuentes reuniones en el café Au Brûleur de Loups, en el Puerto Viejo de Marsella, un grupo de surrealistas concibió la idea de crear un nuevo juego de cartas. Su propósito era sustituir las imágenes tradicionales por figuras con un significado más profundo, manteniendo la estructura de las cartas francesas de 32 o 52 naipes y su división en colores rojo y negro.

Según André Breton, este nuevo juego debía romper con la supervivencia del signo y la cosa significada, rechazando los valores jerárquicos de las figuras de la baraja tradicional. Así, el rey, la reina y la sota fueron reemplazados por el Genio, la Sirena y el Mago, otorgando un fuerte simbolismo a cada personaje, elegido de mutuo acuerdo entre los surrealistas.

Le Jeu de Marseille fue publicado por primera vez en la revista surrealista VVV en 1943, y luego exhibido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En 1983, André Dimanche lo editó en Marsella y en 1986 se reprodujo en el catálogo de la exposición La Planète affolée. En 2003, los 22 dibujos originales fueron donados al Museo Cantini en memoria de Varian Fry, el hombre que ayudó a salvar a muchos intelectuales y artistas perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Este tarot surrealista es una obra revolucionaria que desafía los valores establecidos, promoviendo una nueva forma de entender el simbolismo de las cartas. Es un mazo que no solo es un reflejo del arte surrealista, sino también un manifiesto de libertad, imaginación y transformación.

Jacques Hérold, Wifredo Lam, Jacqueline Lamba y André Masson, este mazo reemplaza las figuras de la monarquía por personajes de gran carga simbólica, divididos en Genios, Sirenas y Magos.

Además, los cuatro palos representan conceptos abstractos en lugar de los tradicionales:

• Llama → El amor
• Estrella → Los sueños
• Rueda → La revolución
• Cerradura → El conocimiento

Cada carta fue creada con distintas técnicas (acuarela, tinta china, lápiz, gouache y collage) y presenta figuras clave de la historia, la filosofía, la literatura y la alquimia. Entre los personajes que ocupan las cartas encontramos a:

• Paracelso (Mago del Conocimiento), padre de la medicina hermética.
• Hegel (Genio del Conocimiento), filósofo fundamental en el pensamiento dialéctico.
• Sigmund Freud (Mago de los Sueños), pionero del psicoanálisis.
• Pancho Villa (Mago de la Revolución), figura icónica del movimiento revolucionario mexicano.
• Baudelaire (Genio del Amor), poeta maldito y visionario del simbolismo.
• Novalis (Mago del Amor), precursor del romanticismo y explorador del inconsciente.

Esta baraja es un manifiesto artístico que rompe con las estructuras del tarot tradicional, transformándolo en una herramienta de exploración del inconsciente y la imaginación. Su simbolismo es una puerta abierta al surrealismo, al juego y a la libertad del pensamiento.