Junio, el mes donde las energías cósmicas vibran con gran intensidad, nos brinda el solsticio: uno de los acontecimientos más auspiciosos del año.
Este fenómeno celeste marca el momento en el que el Sol alcanza su punto más alto o más bajo con respecto a nuestro ecuador celeste, tal como lo hacían nuestros antepasados para honrarlo.
En el solsticio de verano, el mundo entero celebra con festivales y rituales que buscan vivir en abundancia y despilfarro, al igual que las civilizaciones antiguas que conmemoraban el viaje del Sol por el cielo. Cuando el Sol llega a su cima en el hemisferio norte, eso indica el solsticio de verano.
Por otro lado, durante el solsticio de verano, el hemisferio sur recibe más luz solar que en cualquier otro día del año. No obstante, esta mayor exposición solar no se traduce siempre en el día más caluroso del verano, pues la atmósfera y el océano actúan de escudo absorbiendo y redireccionando los rayos solares.
Solsticio: una palabra de origen latino que hace referencia al astro rey. En el solsticio de verano, el Sol alcanza su punto más alto anual y la duración de los días es máxima (todo lo contrario al solsticio de invierno). El Sol llega a su cenit (altura de 90º) en el Trópico de Cáncer durante el verano, y en el Trópico de Capricornio durante el invierno.
Independientemente de tus creencias y prácticas espirituales, el solsticio de verano nos invita a abrazar la culminación de un ciclo de crecimiento y el triunfo de nuestros logros. Es el momento de compartir nuestra luz con el mundo, de honrar quiénes somos y de abrazar nuestra autenticidad, confianza e iluminación.
Astrológicamente, marca el inicio de la temporada de Cáncer, un momento para crear y nutrir en espacios donde nos sentimos amados y protegidos, como una tribu unida en un terreno firme.
Mientras tanto, en el hemisferio sur se preparan para la llegada del invierno y el día más corto del año el 21 de junio. Pero a partir de ahí, los días comienzan a alargarse hasta el solsticio de diciembre, en el que entra el verano.
En el último mes del año, mientras en el sur celebran el solsticio de verano, el norte vive el de invierno, un momento que marca el día más corto y la noche más larga. Este se produce cuando el sol está directamente sobre el Trópico de Capricornio, que atraviesa países como Australia, Chile, Brasil y Sudáfrica.