La llegada del Tarot de Jean Dodal en 1701 marca un hito fundamental en la historia del Tarot de Marsella. Este mazo consolida el estilo establecido por el tarot de Jean Noblet en 1650, el cual ha perdurado hasta nuestros días en la mayoría de los tarots de tipo I.
El estilo de Jean Noblet sigue un método especial similar al utilizado por los artesanos vidrieros de la época para crear extraordinarios vitrales en iglesias y catedrales. Esta peculiaridad artística se aprecia claramente en las magníficas restauraciones realizadas por Jean-Claude Flornoy (1950 – 2011), que destacan este singular estilo propio de los vitrales de la época.
El Tarot de Jean Dodal se basa en el modelo de Jean Noblet, considerado el primer «auténtico» Tarot de Marsella. Aunque las imágenes de los 22 arcanos mayores ya existían antes del Tarot de Jean Noblet, fue en este mazo donde se mencionaron por primera vez los nombres de los arcanos.
En la época de Jean Dodal, se encontraban en circulación varios tipos de tarots similares al Tarot de Marsella. Sin embargo, también existían otros tarots con algunas diferencias distintivas, como el llamado Tarot de Besançon, que reemplazaba a la Papisa y al Papa por Juno y Júpiter. Además, había otros tipos de tarots con motivos diversos, como tarots con temáticas de animales o relacionados con la caza, que eran populares no solo en Francia, sino también en otros países como Alemania, Suiza e Italia. Aparentemente, los tarots se difundían en Estrasburgo y Bélgica antes de llegar a París. Estos tarots compartían una concepción similar al tarot de Jacques Viéville y llegaron a Marsella en una etapa relativamente tardía.
Siguiendo el Tarot de Jean Noblet, Jean Dodal presentó un nuevo modelo de Tarot más simple, expresivo y accesible.
A diferencia del tarot artesanal de Noblet, que tenía cartas pequeñas y los ángulos cuadrados, el Tarot de Dodal fue diseñado para su venta, con cartas de dimensiones normales, ángulos redondeados y una cartulina más fina, lo que facilitaba su manipulación. Este tarot tuvo una gran producción, siendo copiado en numerosas ocasiones e inspirando a muchos otros tarots. Gracias a la difusión realizada por la familia de carteros Payen, pronto se convirtió en el más común y prácticamente el único que se podía encontrar en la primera mitad del siglo XVIII.
El Tarot de Jean Dodal, impreso en Lion, ha sido reconocido por los historiadores como el primer Tarot de Marsella con la estructura que conocemos hoy, hasta que se descubrió el Tarot de F. Chosson, impreso 29 años antes.
Su diseño no sigue LA DIVINA PROPORCIÓN (número áureo), como ocurre con todos los mazos de Tipo 1, pero tiene una iconografía interesante que no se encuentra en otros mazos. Es llamativa la carta de LA TEMPLANZA XIIII, donde la mujer muestra los pechos desnudos haciendo referencia a las VIRGENES MADRE que alimentan o derraman leche de su seno.
También es poco común encontrar el simbolismo de la GOTA, la SERPIENTE y el LEMISCATA, o símbolo del infinito, a los pies del Ángel. El Tarot de Jodo-Camoin retomará estos elementos en su mazo. También debemos observar la cara en el vientre del diablo, que solo aparece en unos pocos mazos. En la actualidad, hay una amplia gama de opciones disponibles para aquellos interesados en restaurar este magnífico mazo de cartas y se pueden encontrar fácilmente en el mercado, especialmente en Francia.
El tarot de Jean Dodal ha pasado a la historia como una obra maestra del arte adivinatorio. Sus dos versiones originales se encuentran en dos prestigiosas instituciones: la Biblioteca Nacional de Francia y el ilustre Museo Británico de Londres.
Estas valiosas referencias han servido como fuente de inspiración y guía para quienes han llevado a cabo una ardua y meticulosa labor para restaurar y recrear esta mágica baraja. La nueva vida que ha sido inyectada a este tarot sin duda captura la esencia y el encanto original de la obra de Jean Dodal, permitiendo a los adivinos y entusiastas del tarot disfrutar de una experiencia adivinatoria sin igual.
